Lumen.
Barcelona, 2006. 584 páginas, 24 euros
por
Ana Alejandre
Es, una de las muchas y variadas biografías que existen
sobre estos controvertidos personajes, y ha sido aprobada por la hija adoptiva de
Simone de Beauvoir y, sin embargo,
rechazada por la heredera de Paul Sartre. Muestra, una vez más, los
muchos aspectos contradictorios y polémicos de la vida de esta célebre pareja
de escritores y los muchos entresijos de sus propias vidas personales que
levantan polémica entre sus allegados.
La autora de esta nueva biografía, autorizada y
desautorizada por las herederas de uno y otra, realiza una semblanza de Sartre
y Simone de Beauvoir, buscando la simplificación en la forma y el dato conciso,
claro y escueto, aportado por sus propios protagonistas. Con gran abundancia de
datos y entrecomillados en sus más de
500 páginas, nos permite penetrar en las zonas más oscuras y
desconocidas de unas vidas atrapadas en
el laberinto de sus relaciones amorosas,
pero sin obviar la apasionada y
controvertida participación de ambos en
la vida cultural y en los acontecimientos de su época, además de que fueron autores de algunos de los libros
más importantes del siglo XX. Quizás,
esta obra adolece de un análisis más
profundo y complejo de la personalidad humana, intelectual y literaria de esta
pareja de escritores franceses, una de las más famosas de todos los tiempos.
En la magnífica y compleja biografía de Sartre, de Annie Cohen-Solal (Edhasa),
la autora declaraba la dificultad de “tocar a Sartre” porque el campo de
información sartriana es “denso y movible”, al tiempo que la obra del filósofo
escapa a un enfoque global por lo que Cohen-Solal reconocía que acercarse a
Sartre (y por tanto a Beauvoir), suponía tocar la historia del cine, la
literatura, la estética, las luchas políticas, el teatro la prensa y el
feminismo.
Rowley, o se adentra en las personalidades complejas
de sus protagonistas, en contra de lo que hizo Annie Chen-Solal, en la extraordinaria y profunda biografía del
binomio Sartre-Beauvoir, publicada por Edhasa, cuando declaraba la dificultad
intrínseca de estudiar en toda su plenitud la figura y obra de Sartre, porque es ésta “abundante, proteiforme,
inconclusa y abierta”, ya que si se estudia su bagaje intelectual y su
influencia en la vida cultural de su época, habría que estudiar la historia del
cine, la literatura, la estética, el
teatro, las luchas políticas y sociales de su tiempo y el movimiento feminista
del que fue una abanderada Simone de Beauvoir. Sin embargo, Rowley realiza una visión con perspectiva distinta,
ya que realiza una exposición del prolijo y variado anecdotario privado de esta
pareja singular, y reemplaza el análisis
profundo y comprensivo de sus vidas y obras,
a través de sus múltiples, apasionados y, muchas veces, tormentosos
romances, amores y aventuras, aunque la biógrafa haga este recorrido con
seriedad, rigor y objetividad, sin realizar ningún juicio de valor sobre los
datos expuestos, dejando esa posibilidad a los lectores de juzgar a los
protagonistas de la historia vital y artística más apasionante del siglo XX.
Por sus paginas , deambulan una serie de personajes y
nombres, todos ellos relacionados sentimental o familiarmente con Sartre o
Beauvoir o con ambos, al mismo tiempo, como es el caso de Arlette Ekaïm,
primero amante de Sartre y después se convirtió en su hija adoptiva, o Sylvie Le Bon, la hija adoptiva de Beauvoir,
y que también fue primero su amante y, después, adoptada por la escritora,
ambas amantes de Sartre y también de Beauvoir, de forma simultánea o sucesiva,
entre otros muchos nombres que no se pueden relacionar por su extensión y
variedad.
Por ello, Hazel Rowley pone todo su acento sobre los muchos y complejos nudos de
relaciones amorosas y familiares, aunque se trate de una familia rara con
toques incestuosos, y en el asombroso desfile de datos sobre la escandalosa
vida sexual de sus protagonistas, datos que revelan que eran infieles,
mentirosos, promiscuos y contradictorios en su vida íntima, la que queda expuesta
ante la mirada de todos en su desnuda
crudeza, y a la que define la propia frase escrita por Beauvoir que resume y
explica su propia actitud ante el mundo:”Nada nos limitaba, nada nos definía,
nada nos esclavizaba”.
La obra de referencia no dejará
indiferente a los lectores porque en ella se expone, como en un rico
caleidoscopio, la visión de unas vidas apasionadas que se
manifiestan mostrando la parte oscura,
lúbrica y secreta, de dos destinos
unidos en una misma pasión por aunar el arte, la vida y la búsqueda del placer
en una simbiosis total en la que se borran los límites y se traspasan todas las
fronteras.