Margarite Duras |
Marguerite
Duras, novelista, dramaturga directora y guionista de cine, nació en Saigon (en
la actualidad se llama Ciudad Ho Chi Minh), el 4 de abril de 1914. Vivió en la
Indochina francesa durante su infancia y adolescencia, lo que le produjó una
huella imborrable por las vivencias que
tuvo en dicho país y que le inspiraron muchas de sus obras más notables.
En
1943 cambió su nombre por el que todos la conocemos, Marguerite Duras,
inspirada en el nombre de una localidad de
Lot-et-Garonne, villa en la que se encontraba la casa familiar.
Se
traslada a Francia en 1932 y en ese país estudió las carreras de Derecho,
Matemáticas y Ciencias Políticas y trabajó como secretaria en el Ministerio de
las Colonias desde 1935 a 1941.
Contrajo
matrimonio en 1939 con Robert Antelme y de cuya unión nació un hijo que murió
en 1942. Conoció a Dionys Mascolo en ese mismo año, hombre que sería su amante
después y con el que participo en la Resistencia Francesa durante la II Guerra
Mundial en un grupo que cayó en una emboscada por parte de los alemanes y de la
cual Marguerite pudo escapar, siendo ayudada por François Miterrand, quien sería el
famoso político décadas después. Su marido, Robert Antelme fue apresado en
dicha emboscada y enviado a prisión, el 1 de julio de 1944, y enviado al campo de
concentración de Dachau. Cuando fue liberado, en 1945, y regresa a su hogar, por
las graves circunstancias de salud en las que vuelve, Marguerite decide
quedarse con él para cuidarle, a pesar de su deseo de divorciarse, hecho
dramático que sirve de trama en su novela
El dolor (La doleur), a pesar de
que hay ciertas dudas sobre la exactitud de lo que relata en dicha obra. Al
fin, se divorcian en 1946.
Publica su primera novela en 1943, Los imprudentes (Les imprudents) y, al año siguiente, La vida tranquila (La vie
tranquile), obras que en las que son
evidentes las influencias narrativas sajonas que después se decantarían hacia
las del nouveau roman en sus obras
posteriores.
Margarite Duras en su mesa de trabajo |
La
fama, sin embargo, no le llegaría hasta la publicación de su novela de
inspiración autobiográfica Un dique
contra el pacífico (Un barrage contre le Pacifique), publicada en 1950,
fama que le sería refrendada con el Premio Goncourt que le concedieron en 1984
con su famosísima novela El amante, del
mismo año, también con tintes autobiográficos,y obra que fue conocida mundialmente y tuvo una tirada de más de
tres millones de ejemplares y traducida a más de cuarenta idiomas.
Otras
obras posteriores fueron los títulos Moderato cantabile (1958), Los
viaductos del Sena y Oise (Les Viaducs de la Seine et Oise), de 1959; Hiroshima, amor mío (Hiroshima mon amour), 1960, novela esta
última de la que escribió el guión de la película inspirada en dicha obra y
dirigida por Alain Resnais; El mediodía de M. Andesmas) (L'après-midi de M. Andesmas), (1960),
entre otras. Además dirigió ella misma
otras películas como son los títulos India song y Los
niños, entre otras, cuya relación
de filmografía se puede encontrar en otro apartado más abajo.
Otra imagen de Margarite Duras |
Duras
tuvo una vida tormentosa y novelesca. En toda su obra se advierten sus temas
que son el motivo central de su narrativa: la destrucción, el amor, la
soledad, la alienación, el desamor y el
paso del tiempo. Por ello, en la obra de esta escritora se puede encontrar
continuamente como telón de fondo siempre historias de personajes atormentados
por la búsqueda del amor, por la huida de la soledad, pero también el deseo se
encuentra presente, tanto el sexual como el propio deseo vital e irrefrenable
de encontrar un lugar en el mundo y la propia identidad. Todo esto va
siendo narrado a través de las palabras,
pero también del silencio, porque en esa oquedad sonora que representa el silencio, está
implícito el significado oculto de las propias palabras que encuentran en el
silencio su contrapunto perfecto que
hace que el significado de aquellas sea mucho más definitorio, mucho más evidente y
clarificador.
Entre
los personajes principales en la obra de Marguerite duras está uno muy
importante e ineludble en el universo literario de esta escritora: su propia
madre, la que le marcó profundamente con su falta de amor. DSu influencia la convirtió a ella, la escritora, en un
personaje basculante entre la necesidad afectiva y las que el cuerpo le dictaban.
Apasionada e imprevisible como fue Marguerite, por influencia de su madre que conforma de una manera altamente expresiva
el mapa literario, mental y sentimental de su hija.
Marguerite duras en los últimos años de su vida. |
Marguerite
Duras fue siempre una escritora y un personaje controvertido que gozaba
igualmente de las simpatías y admiración de muchos, como del rechazo de otros. Su carácter no tenía términos medios, sino que
parecía estar cincelado con rasgos tan definidos como contradictorios:
apasionada, dulce, irritable y explosiva; genial y a ratos narcisista y caprichosa.
Ella decía de sí misma, como la mejor y
más concisa definición en la que entraban y explicaba todas sus propias
contradicciones: "Yo soy una escritora, no vale la pena decir nada
más".
Reivindicaba
la escritura como forma de exorcizar a los propios demonios interiores y para
hacer más soportable la realidad y esta reivindicación la expresaba diciendo:” Escribir, escribir a pesar de todo, a pesar
de la desesperación”. Además, ella sabía y aceptaba que la propia escritura y
la obra consiguiente nunca podría expresar con total exactitud lo que el
escritor quiere decir y poder reflejar así su propio imaginario que se expresa
a través de la creación. La búsqueda de la palabra exacta, de la expresión
justa se convierte así en prioritario para ella, quien compara a la escritura
al amor, y a ambos los considera como una “prueba", término usado
constantemente por esta escritora, al aceptar de antemano que la expresión
escrita y la amorosa nunca podrán alcanzar la definición exacta de lo creado por el escritor o de la propia
intensidad de la pasión amorosa. Así afirma esta escritora: "Escribir es tratar de saber lo que uno
escribiría si uno escribiera". Con esta frase reafirma su idea de que la escritura
es una” prueba”, es decir, un ensayo sobre algo ideal, sea la obra literaria o
el amor, lo que nunca se llega a expresar debidamente.
Toda
ese deseo de expresión máxima produce en ella casi un intento inconsciente de
llegar a la catarsis a través de la escritura. Por ello, su obra siempre se
centra en la arquitectura literaria que parte del núcleo central de una
explosión central, es decir un momento inicial en el que se desencadenan los
hechos que destruyen el escenario vital y mental de sus protagonistas, y a
través de esta explosión de violencia psicológica, se construye la parte
discursiva de la obra que está construida siempre sobre los pilares que
encarnan la muerte y el deseo, pero no se habla siempre de muerte física, sino
de la muerte psicológica o emocional. Y lo expresa con una escueta frase: ““Destruir”, pero esa destrucción es
la que permite que de lo destruido nazca un orden nuevo, una realidad distinta,
en diferentes matices y variaciones que construyen otra realidad diferente
asentada sobre las cenizas de la anterior. Eterno retorno, como el yin y el yan, es decir, los dos polos opuestos de la realidad, como son la
destrucción y el nacimiento posterior de
otra realidad distinta, ciclos que vuelven siempre, en ese eterno retorno del
que nos habla la sabiduría milenaria oriental: amor y desamor, vida y muerte,
control y desenfreno total., indiferencia y pasión
A lo
largo de su vida mantuvo amistad con intelectuales de su época, entre los que
destacan Albert Camus, Paul Sartre, Simone de Beauvoir y un largo etcétera, aunque con muchos encuentros y desencuentros.
Duras
militó en el Partido Comunista hasta su expulsión en 1955
Marguerite Duras en los últimos tiempos cuando ya le aquejaba la terrible enfermedad que padeció. |
La obra literaria de esta autora
está formada por unas cuarenta novelas y una docena de piezas de teatro.
Su obra
dramática fue reconocida en 1983 por la Academia Francesa con
el Gran Premio del Teatro.. Además de dicho galardón, recibió otros muchos premios
literarios a lo largo de su vida.
Falleció el 3 de marzo de 1996, a causa de un cáncer
de garganta. Está enterrada en el Cementerio de Montparnasse, en París