04 marzo, 2017

bibliografía de Jean Paul Sartre

Jean Paul Sartre
Novelas y relatos

La náusea (La nausée, 1938)
El muro (Le mur, 1939)
El muro (Le mur)
La cámara (La chambre)
Eróstrato (Érostrate)
Intimidad (Intimité)
La infancia de un jefe (L'enfance d'un chef)
Los caminos de la libertad (Les chemins de la liberté, 1945–1949):
I: La edad de la razón (L'âge de raison, 1945)
II: El aplazamiento (Le sursis)
III: La muerte en el alma (La mort dans l'âme, 1949)
La suerte está echada (Les jeux sont faits) (1947)

Obras teatrales

Barioná, el hijo del trueno (Bariona, ou le fils du tonnerre , 1940)
Las moscas (Les mouches, 1943)
A puerta cerrada (Huis clos, 1944)
Muertos sin sepultura (Morts sans sépulture, 1946)
La puta respetuosa (La putain respectueuse, 1946)
Las manos sucias (Les mains sales, 1948)
El diablo y Dios (Le diable et le bon Dieu, 1951)
Kean (1954)
Nekrasov (1955)
Los secuestrados de Altona (Le Sequestres d'Altona, 1959)
Les Troyennes (1965)

Ensayos

Situaciones (Situations, 1947–1976):
Situaciones I: El hombre y las cosas (1947)
Situaciones II: ¿Qué es la literatura? (Qu'est-ce que la littérature?, 1948)
Situaciones III: La República del silencio: estudios políticos y literarios (1949)
Situaciones IV: Literatura y arte (1964)
Situaciones V: Colonialismo y neocolonialismo (Colonialisme et néo-colonialisme, 1964)
Situaciones VI: Problemas del marxismo 1 (Problèmes du marxisme I, 1964)
Situaciones VII: Problemas del marxismo 2 (Problèmes du marxisme II, 1965)
Situaciones VIII: Alrededor del 68 (Autour de 68, 1972)
Situaciones IX: El escritor y su lenguaje y otros textos (1972)
Situaciones X: Autorretrato a los setenta años (1976)

Obras filosóficas

La imaginación (1936)
La transcendencia del ego (1936)
Bosquejo de una teoría de las emociones (1939)
Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación (L'imaginaire. Psychologie phénoménologique de l'imagination, 1940)
El ser y la nada (L´être et le néant, 1943)
El existencialismo es un humanismo (1945 y 1949)
Crítica de la razón dialéctica (Critique de la raison dialectique, 1960)

Crítica literaria

Baudelaire (1947)
San Genet: comediante y mártir (Saint Genet comédien et martyr, un estudio sobre Jean Genet) (1952)
El idiota de la familia (L'idiot de la famille, un estudio sobre Flaubert) (1972)

Otras obras

Reflexiones sobre la cuestión judía (1946)
El engranaje (L'Engrenage, 1948)
Las palabras (Les mots, 1964, autobiografía de su infancia)

Publicaciones póstumas

Cuadernos por una moral (Cahiers pour une morale, 1983)
Carnets de la drôle de guerre (1983)
Verdad y existencia (Vérité et existence, 1989), Paidós I.C.E. / U.A.B., Barcelona, 1996. Trad. de Alicia Puleo. Revisión de la traducción, notaAmorós.




Fragmentos de obras de Jean Paul Sartre

La náusea, (fragmento)
Jean Pul Sartre
de Jean Paul Sartre

Me levanto sobresaltado; si por lo menos pudiera dejar de pensar, ya sería mejor. Los pensamientos son lo más insulso que hay. Más insulso aún que la carne. Son una cosa que se estira interminablemente, y dejan un gusto raro. Y además, dentro de los pensamientos están las palabras, las palabras inconclusas, las frases esbozadas que retornan sin interrupción: "Tengo que termi...yo ex...Muerto...M. de Roll...ha muerto...No soy...Yo ex..." Sigue, sigue, y no termina nunca. Es peor que lo otro, porque me siento responsable y cómplice. Por ejemplo, yo alimento esta especie de rumia dolorosa: existo. Yo. El cuerpo, una vez que ha empezado, vive solo. Pero soy yo quien continúa, quien desenvuelve el pensamiento. Existo. Pienso que existo. ¡Oh, que larga serpentina es esa sensación de existir! Y la desenvuelvo muy despacito...¡Si pudiera dejar de pensar! Intento, lo consigo: me parece que la cabeza se me llena de humo...y vuelve a empezar: "Humo...no pensar...no quiero pensar. No tengo que pensar que no quiero pensar. Porque es un pensamiento". ¿Entonces no se acabará nunca?
Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso...y no puedo dejar de pensar. En este mismo momento - es atroz - si existo es porque me horroriza existir. Yo, yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de hundirme en la existencia. Los pensamientos nacen a mis espaldas, como un vértigo, los siento nacer detrás de mi cabeza..., si cedo se situarán aquí delante, entre mis ojos, y sigo cediendo, y el pensamiento crece, crece, y ahora, inmenso, me llena por entrero y renueva mi existencia.

El ser y la Nada
“El Ser Humano y la Libertad”  (Fragmento).-

El estudio de la voluntad ha de permitirnos, al contrario, adelantarnos más en la comprensión de la libertad. La voluntad es necesariamente negatividad y potencia de nihilización, si ha de ser libertad. lejos de ser la voluntad la manifestación única o, por lo menos, privilegiada de la libertad, supone, al contrario, como todo acaecimiento del para-sí, el fundamento de una libertad originaria para poder constituirse como voluntad. La voluntad, en efecto, se pone como decisión reflexiva con relación a ciertos fines. Pero estos fines no son creados por ella. La voluntad es más bien una manera de ser con respecto a ella: decreta que la prosecución de esos fines será reflexiva y deliberada. La pasión puede poner los mismos fines.  La realidad humana no puede recibir sus fines, como hemos visto, ni de afuera ni de una pretendida “naturaleza” interior. Ella los elige, y, por esta elección misma, les confiere una existencia trascendente como límite externo de sus proyectos. Desde este punto de vista – y si se comprende claramente que la existencia del Dasein precede y condiciona su esencia-, la realidad humana, en y por su propio surgimiento, decide definir su ser propio por sus fines. Así, pues, la posición de mis fines últimos caracteriza a mi ser y se identifica con el originario brotar de la libertad que es mía. Y ese brotar es una existencia: nada tiene de esencia o de propiedad de un ser que fuera engendrado conjuntamente con una idea. Así, la libertad, siendo asimilable a mi existencia, es fundamento de los fines que intentaré alcanzar, sea por la voluntad, sea por esfuerzos pasionales. La libertad no es sino la existencia de nuestra voluntad o de nuestras pasiones, en cuanto esta existencia es nihilización de la facticidad, es decir, la existencia de un ser que es su ser en el modo de tener de serlo.  (Sartre, El Ser y la Nada, Parte IV. Cap. I).-

Que es la literatura (fragmento)
de Jean Paul Sartre

" El poeta en cada palabra, por el solo efecto de la actitud poética, realiza las metáforas en las que soñaba Picasso cuando deseaba hacer una caja de fósforos que fuera toda ella un murciélago sin dejar de ser una caja de fósforos. Florencia es ciudad, flor y mujer y es también ciudad-flor, ciudad-mujer y muchacha-flor. Y el extraño objeto que se muestra así posee la liquidez del río y el dulce ardor leonado del oro, y, para terminar, se abandona con decencia, y prolonga indefinidamente, por medio del debilitamiento continuo la e muda, su sereno regocijo saturado de reservas. A esto ha de añadirse el esfuerzo insidioso de la biografía. Para mí, Florencia es también cierta mujer, una actriz norteamericana que actuaba en las películas mudas de mi infancia y de la que he olvidado todo, salvo que era larga como un guante de baile, que siempre estaba un poco cansada y era casta, que siempre representaba papeles de esposa incomprendida y que se llamaba Florencia y yo la amaba. Porque la palabra, que arranca al prosista de sí mismo y lo lanza al mundo, devuelve al poeta, como un espejo, su propia imagen. Esto es lo que justifica la doble empresa de Leiris, quien por un lado, en su Glossaire, trata de dar a ciertas palabras una definición poética, es decir, que sea por sí misma una síntesis de implicaciones recíprocas entre el cuerpo sonoro y el alma verbal y, por otro, en una obra todavía inédita, se lanza a la busca del tiempo perdido, tomando como guías ciertas palabras especialmente cargadas para él de valor afectivo. Así, pues, la palabra poética es un microcosmos. La crisis del lenguaje que se produjo a comienzos del siglo fuen una crisis poética. Sean cuales fueren los factores sociales e históricos que la produjeron, esta crisis se manifestó por accesos de despersonalización del escritor ante las palabras. No sabía servirse de ellas y, según la célebre fórmula de Bergson, sólo las reconocía a medias; se acercaba a ellas con una sensación de extrañeza verdaderamente fructuosa: ya no le pertenecían, ya no eran para él, pero, en esos espejos desconocidos, se reflejaban el cielo, la tierra y la propia vida. Y, finalmente, se convertían en las cosas mismas o, mejor dicho, en el corazón negro de las cosas.



Citas de Jean Paul Sartre

Jean Paul Sartre
  • El hombre nace libre, responsable y sin excusas.                                                    
  • Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es.
  • El hombre está condenado a ser libre, porque una vez que está en el mundo, es responsable de todo lo que hace.
  • Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad.
  • Soñar en teoría, es vivir un poco, pero vivir soñando es no existir.
  • El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor sin el hombre.
  • Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros.
  • Lo más aburrido del mal es que uno se acostumbra.
  • Felicidad no es hacer lo que uno quiere, sino querer lo que uno hace.
  • Desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia.
  • No perdamos nada de nuestro tiempo; quizá los hubo más bellos, pero este es el nuestro.
  • Los cobardes son los que se esconden bajo las normas.
  • Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera.
  • Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
  • Al querer la libertad descubrimos que ella depende enteramente de la libertad de los demás.
  • Una batalla perdida es una batalla que uno cree que ha perdido.
  • Nunca las noticias son malas para los elegidos de Dios.
  • Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo es por un malentendido.

Sartre y Beauvoir. La historia de una pareja

Sartre y Beauvoir. La historia de una pareja                                      Hazel Rowley
Traducción de Montse Roca.
Lumen. Barcelona, 2006. 584 páginas, 24 euros                                 


Es, una de las muchas y variadas biografías que existen sobre estos controvertidos personajes, y ha sido aprobada por la hija adoptiva de Simone de Beauvoir y, sin embargo,  rechazada por la heredera de Paul Sartre. Muestra, una vez más, los muchos aspectos contradictorios y polémicos de la vida de esta célebre pareja de escritores y los muchos entresijos de sus propias vidas personales que levantan polémica entre sus allegados.

La autora de esta nueva biografía, autorizada y desautorizada por las herederas de uno y otra, realiza una semblanza de Sartre y Simone de Beauvoir, buscando la simplificación en la forma y el dato conciso, claro y escueto, aportado por sus propios protagonistas. Con gran abundancia de datos y entrecomillados  en sus más de 500 páginas, nos permite  penetrar en las zonas más oscuras y desconocidas de unas vidas atrapadas en  el laberinto de sus relaciones amorosas,  pero sin obviar  la apasionada y controvertida  participación de ambos en la vida cultural y en los acontecimientos de su época, además de  que fueron autores de algunos de los libros más importantes del siglo XX.  Quizás, esta obra adolece de un análisis  más profundo y complejo de la personalidad humana, intelectual y literaria de esta pareja de escritores franceses, una de las más famosas de todos los tiempos.

En la magnífica y compleja biografía de Sartre, de Annie Cohen-Solal (Edhasa), la autora declaraba la dificultad de “tocar a Sartre” porque el campo de información sartriana es “denso y movible”, al tiempo que la obra del filósofo escapa a un enfoque global por lo que Cohen-Solal reconocía que acercarse a Sartre (y por tanto a Beauvoir), suponía tocar la historia del cine, la literatura, la estética, las luchas políticas, el teatro la prensa y el feminismo.

Rowley,  o se adentra en las personalidades complejas de sus protagonistas, en contra de lo que hizo Annie Chen-Solal,  en la extraordinaria y profunda biografía del binomio Sartre-Beauvoir, publicada por Edhasa, cuando declaraba la dificultad intrínseca de estudiar en toda su plenitud la figura y obra de Sartre,  porque es ésta “abundante, proteiforme, inconclusa y abierta”, ya que si se estudia su bagaje intelectual y su influencia en la vida cultural de su época, habría que estudiar la historia del cine, la literatura, la estética,  el teatro, las luchas políticas y sociales de su tiempo y el movimiento feminista del que fue una abanderada Simone de Beauvoir. Sin embargo, Rowley  realiza una visión con perspectiva distinta, ya que realiza una exposición del prolijo y variado anecdotario privado de esta pareja singular,  y reemplaza el análisis profundo y comprensivo de sus vidas y obras,  a través de sus múltiples, apasionados y, muchas veces, tormentosos romances, amores y aventuras, aunque la biógrafa haga este recorrido con seriedad, rigor y objetividad, sin realizar ningún juicio de valor sobre los datos expuestos, dejando esa posibilidad a los lectores de juzgar a los protagonistas de la historia vital y artística más apasionante del siglo XX.

Por  sus paginas , deambulan una serie de personajes y nombres, todos ellos relacionados sentimental o familiarmente con Sartre o Beauvoir o con ambos, al mismo tiempo, como es el caso de Arlette Ekaïm, primero amante de Sartre y después se convirtió en su hija adoptiva, o  Sylvie Le Bon, la hija adoptiva de Beauvoir, y que también fue primero su amante y, después, adoptada por la escritora, ambas amantes de Sartre y también de Beauvoir, de forma simultánea o sucesiva, entre otros muchos nombres que no se pueden relacionar por su extensión y variedad.

Por ello,  Hazel Rowley pone todo su acento sobre los muchos y complejos nudos de relaciones amorosas y familiares, aunque se trate de una familia rara con toques incestuosos, y en el asombroso desfile de datos sobre la escandalosa vida sexual de sus protagonistas, datos que revelan que eran infieles, mentirosos, promiscuos y contradictorios en su vida íntima, la que queda expuesta ante la mirada de todos en  su desnuda crudeza, y a la que define la propia frase escrita por Beauvoir que resume y explica su propia actitud ante el mundo:”Nada nos limitaba, nada nos definía, nada nos esclavizaba”. 

La obra de referencia no dejará indiferente a los lectores porque en ella se expone, como en un rico caleidoscopio, la visión de unas vidas apasionadas que se manifiestan  mostrando la parte oscura, lúbrica y secreta,  de dos destinos unidos en una misma pasión por aunar el arte, la vida y la búsqueda del placer en una simbiosis total en la que se borran los límites y se traspasan todas las fronteras.

24 mayo, 2016

HARPER LEE

Harper Lee

Harper Lee, escritora

Harper Lee, la autora de "Matar a un ruiseñor", ha muerto a los 89 años, el pasado 19 de febrero.  El fallecimiento  se produjo en Monroeville (Alabama, EE.UU) su localidad natal y el escenario donde transcurrió su famosa novela;  lugar también elegido por la autora para recluirse allí y apartarse del mundo hace muchos años y en el que se encontraba recluida en una residencia de ancianos, pues nunca contrajo matrimonio ni tuvo hijos.

Harper Lee nacio el 28 de abril de 1926   en Monroeville, una pequeña localidad situada en el estado norteamericano de Alabama (Estados Unidos). Al, igual que la protagonista de su famosa novela ya citada, era hija de un abogado y descendiente del famoso general Robert E. Lee.
           
Estudió Derecho en Alabama hasta 1949. Más tarde, se trasladó a Nueva York en compañía de Truman Capote, su amigo de la infancia y vecino de Harper y su familia en Monroeville y que fue, más tarde, el famoso escritor. Harper iba con el propósito de trabajar en una compañía aérea, aunque tenía una fuerte vocación literaria como la de su amigo, Truman Capote, que también trataba de convertirse en un escritor de renombre y llegó a ser uno de los escritores más importantes de la literatura norteamericana de la segunda mitad del siglo XX. Cuando ambos llegaron juntos a Nueva York, esta metrópolis vivía la edad de oro de la literatura de Manhattan, época en la que las revistas pagaban altas sumas por los relatos a publicar y era un mundo literario en el que ambos lucharon por hacerse un nombre literario, Lo consiguieron los dos, aunque Harper Lee se retiró de la vida literaria poco después, dejó de dar entrevistas y se encerró en sí misma en su pueblo natal. Nadie sabe los motivos de ese ostracismo, de esa retirada de la vida pública que ha durado hasta su muerte.
           
Su novela "Matar un risueñor" fue publicada en 1960, novela primera e iniciática, de inspiración autobiográfica y ambiente sureño, por la que ganó el Premio Pulitzer.
           
La novela narra la historia del abogado, viudo, Atticus Finch, que se juega su respetabilidad y prestigio por defender a un hombre negro acusado injustamente de haber violado a una muchacha blanca. La voz que narra la historia es la hija del abogado protagonista de la novela. Esta  historia fue llevada al cine por Robert Mulligan, y   protagonizada por Gregory Peck, con un notable éxito.

Después de esta novela, Harper Lee, que no concedía entrevistas ni solía aparecer en público, no volvió a escribir otro libro, regresando a vivir a su localidad natal donde ha fallecido.

El éxito arrollador de "Matar un ruiseñor" está considerado un enigma por la sencillez de la novela, tanto en lo que se refiere a la trama como a su estructura narrativa, que cautivó a millones de lectores y se convirtió en un referente en la cultura popular de Estados Unidos y también obtuvo un gran éxito en todo el mundo.

El ensayo escrito por Harold Bloom sobre esta novela y su sorprenden éxito, afirmaba que su éste se debía a que había tratado un tema candente en la sociedad americana de la época en la que fue escrita la novela, como era el de los derechos civiles de la población negra y la segregación racial. Además, había un elemento fundamental en esta obra que era la inocencia como protagonista y el valor de la generosidad, siendo estas cualidades fundamentales para los americanos que las consideran pilares en los que se sustenta la propia historia de su país.

También se le encuentran reminiscencias y similitudes entre el mundo en el que transcurre "Matar a un ruiseñor" y el que servía de telón de fondo de las historias narradas por Williams Faulkner, el condado de Yoknapatawpha, ya que ambos representan a la sociedad sureña de Estados Unidos con semejantes personajes, paisajes similares e idénticos problemas. La única diferencia existente entre ambos mundos narrativos y reales, era que la visión de Faulkner era mucho más pesimista y sombrío que la visión de Harper Lee que describe a su mundo narrativo, pero no menos real, con tintes más luminosos o  menos oscuros y,  de ahí, la mayor inocencia de su novela.

Harper Lee era una mujer extraña, solitaria, a pesar del éxito recibido a la que, quizás, nadie la ha conocido realmente. Nunca explicó los motivos de su retirada del mundo literario de Nueva York y su confinamiento en su pueblo natal.

A pesar de su enigmática retirada, el año pasado apareció una segunda parte de "Matar un ruiseñor", que lleva el título "Ve y pon un centinela" con gran sorpresa de los lectores, después de tan largo silencio de 55 años. En esta obra se recuerda la trama de la primera a la que sirve de continuación. Quizás, los últimos acontecimientos de violencia racial en los Estados Unidos han creado un clima propicio para publicar esta segunda parte en la que el tema de la discriminación racial es el verdadero telón de fondo al igual que de la primera. Esta segunda novela no desmerece a la primera, por lo que se le puede considerar el éxito póstumo de una escritora que se hizo famosa y ganó el Premio Pulitzer, el más prestigioso de la literatura norteamericana, con una sola obra publicada y que se despidió de este mundo y sus lectores con una segunda novela como continuación de la primera.
            Insólita escritora y extraña mujer a la que la fama le sonrió rápidamente y a la que pareció desdeñar con igual rapidez, prefiriendo vivir en el mundo al que conocía bien por haber nacido en él y al que describió con sencillez y sinceridad en su novela "Matar un ruiseñor" que aún sigue en la memoria de todos los lectores.



Traductor

DEAN KOONTZ, EL ESCRITOR QUE PREDIJO EL COVID_19

Dean Koontz D ean R. Koontz El escritor que predijo en su novela “Los ojos de la oscuridad”, la pandemia del coronavirus “alrededor de 202...