26 septiembre, 2006

HENRIK IBSEN










Henrik Johan Ibsen (1828-1906), nació el 20 de marzo de 1828 en Skien, Noruega.

 
Trabajó durante un cierto tiempo como ayudante de un farmacéutico y, posteriormente, comenzó estudios de medicina antes de dedicarse por completo a su verdadera vocación: el teatro. Fue director de escena y autor del Teatro Nacional de Bergen de 1851 a 1857 y posteriormente director del teatro de Christiania (hoy Oslo). Entre 1857 y 1862 escribió sus primeras obras. De 1863 a 1891, vivió principalmente en Italia y Alemania gracias a una beca itinerante y, más tarde, a una pensión anual concedida por el Storting (parlamento noruego). En 1891 regresó a Christiania, donde, el 23 de mayo de 1906, murió por lo que se celebra este año el primer centenario de su muerte.

Entre las primeras obras de Ibsen se encuentran dos dramas en verso. La primera, Brand (1866, estrenada en 1885), trata sobre la tragedia de una devoción absoluta por una falsa concepción del deber; la segunda, Peer Gynt (1867), narra en términos alegóricos las aventuras de un oportunista encantador; en ella los elementos del mal están representados por los trolls, los genios malévolos de la mitología escandinava. A este drama Edvard Grieg, en 187,5 le compuso la música y se convirtió poco después en la obra más representativa del nacionalismo noruego.

Con Los pilares de la sociedad (1877), que es una crítica feroz a la hipocresía y elogio al individualismo a través de la historia de un hombre de negocios sin escrúpulos, Ibsen daría comienzo a una serie de obras que le reportarían fama mundial: Casa de muñecas (1879), Los espectros (1881) y Hedda Gabler (1890) que son todas ellas sus obras más representativas. La primera de ellas, Casa de muñecas fue objeto de una importante controversia literaria, cuenta la negación de una mujer a seguir siendo una muñeca frágil y sin autonomía personal, según el criterio de su marido; la segunda trata de la tragedia de la locura hereditaria y el conflicto generacional; la tercera retrata las relaciones de una mujer voluntariosa y decidida con quienes se relaciona y las consecuencias que siguen a su renuncia del deseo de vivir. También escribió Un enemigo del pueblo (1882), El pato salvaje (1884), Rosmersholm (1886), La dama del mar (1888), El maestro contratista (1892) y Al despertar de nuestra muerte (1900). En casi todas, la acción dramática gira alrededor de un personaje en conflicto con la sociedad y alcanza su mayor tensión al irse descubriendo los acontecimientos ocultos de su pasado y que es el germen de su presente conflictivo.

El teatro de Ibsen ha sido reconocido y aplaudido en Europa y es considerado como un clásico por lo que se le sigue representado en la actualidad por la excelente acogida que obtiene del público. En España influyó en autores como Echegaray, Benavente y especialmente en Benito Pérez Galdós. Un enemigo del pueblo fue estrenada en el teatro Novetats de Barcelona el 14 de abril de 1893 con gran éxito. La obra de Ibsen fue defendida por críticos tan prestigiosos como George Bernard Shaw en Inglaterra, y Georg Brandes en Dinamarca. La mayoría de la crítica afirma que el público se identifica con los personajes de Ibsen, ya que los reconoce como auténticos y muy cercanos a sus propias vidas. Su influencia en los dramaturgos del siglo XX es indiscutible y ha tenido numerosos seguidores en las nuevas corrientes teatrales. Ana Alejandre

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Fragmentos - Casa de muñecas


Casa de Muñecas, de Henrik Ibsen (fragmento)

Acto I, Escena primera

Al levantarse el telón, suena un campanillazo en elrecibidor. ELENA, que se encuentra sola, poniendo en orden los muebles se apresura a abrir la puerta derecha,por donde entra NORA, en traje de calle y con varios paquetes, seguida de un Mozo con un árbol de Navidad y una cesta. NORA tararea mientras coloca los paquetes sobre la mesa de la derecha. El Mozo entrega a ELENA el árbol de Navidad y la cesta.
NORA:Esconde bien el árbol de Navidad, Elena. Los niños nodeben verlo hasta la noche, cuando esté arreglado. (Al mozo, sacando el portamonedas). ¿Cuánto le debo?
EL MOZO:Cincuenta céntimos.
NORA:Tome una corona. Lo que sobra, para usted. (El mozo saluda y se va. Nora cierra la puerta. Continúa sonriendo alegremente mientras se despoja del sombrero y del abrigo. Después saca del bolsillo un cucurucho de almendras y
come dos o tres, se acerca de puntillas a la puerta izquierda del fondo y escucha). ¡Ah! Está en el despacho. (Vuelve a tatarear, y se dirige a la mesa de la derecha).
HELMER (Dentro):¿Es mi alondra la que gorjea?
NORA (Abriendo paquetes):Sí.
HELMER:¿Es mi ardilla la que alborota?
NORA:¡Sí!
HELMER:¿Hace mucho tiempo que ha venido la ardilla?
NORA:Acabo de llegar. (Guarda el cucurucho de confites en el bolsillo y se limpia la boca). Ven aquí, Torvaldo; mira las compras que he hecho.
HELMER:No me interrumpas. (Poco después abre la puerta, y aparece con la pluma en la mano, mirando en distintas direcciones). ¿Comprado dices? ¿Todo eso? ¿Otra vez ha encontrado la niñita modo de gastar dinero?
NORA:¡Pero, Torvaldo!Este año podemos hacer algunos gastos más. Es la primera Navidad en que no nos vemos obligados a andar con escaseces.
HELMER. Sí..., pero tampoco podemos derrochar...
NORA: Un poco, Torvaldo, un poquitín, ¿no? Ahora que vas a cobrar un sueldo crecido, y que ganarás mucho, mucho dinero...
HELMER: Sí, a partir de Año Nuevo; pero pasará un trimestre antes de percibir nada...
NORA:¿Y eso qué importa? Mientras tanto se pide prestado.
HELMER:¡Nora! (Se acerca a Nora, a quien en broma toma de una oreja. ¡Siempre esa ligereza! Supón que pido prestadas hoy mil coronas, que tú las gastas durante las fiestas de Navidad,que la víspera de año me cae una teja en la cabeza, yque...
NORA (Poniéndole la mano en la boca):Cállate, y no digas esas cosas.
HELMER:Pero figúrate que ocurriese. ¿Y entonces?
NORA:Si sucediera tal cosa..., me daría lo mismo tener deudasque no tenerlas.
HELMER:¿Y las personas que me hubieran prestado el dinero?
NORA:Quién piensa en ellas? Son personas extrañas.
HELMER: Nora, Nora, eres una verdadera mujer. En serio, mujer, ya sabes mis ideas respecto de este punto. Nada de deudas; nada de préstamos. En la casa que depende de deudas y préstamos se introduce una especie de esclavitud, cierta cosa de mal cariz que previene. Hasta ahora nos hemos hecho firmes, y seguiremos haciendo otro tanto durante el tiempo de prueba que nos queda.
NORA (Acercándose a la chimenea):Bien, como tú quieras, Torvaldo.
HELMER (Siguiéndola):Vamos, vamos, la alondra no debe andar alicaída.¿Qué?¿Ahora salimos con que la ardilla tuerce el gesto? (Abre su portamonedas). Nora, adivina qué tengo aquí.
NORA (Volviéndose con rapidez):Dinero.
HELMER:Mira. (Entregándole algunos billetes). ¡Dios mío! Hay muchos gastos en una casa cuando se acerca Navidad.
NORA (Contando):Diez, veinte, treinta, cuarenta; ¡gracias, Torvaldo! Con esto ya tengo para ir tirando.
HELMER:No habrá más remedio.
NORA:Se hará así, descuida. Pero ven aquí. Voy a enseñarte todo lo que he comprado, y ¡tan barato! Mira: un traje nuevo para Iván y, un sable; un caballo con una trompeta para Bob, y una muñeca con una cama para Emmy. Claro que es muy sencillo, porque en seguida se rompe. Y aquí, delantales y telas para las, muchachas. La buena Mariana merecía mucho más que esto, pero...
HELMER:Y en ese paquete, ¿qué hay?
NORA (Profiriendo un ligero grito):No, Torvaldo, eso no lo verás hasta la noche.
HELMER:Bien, bien. Pero dime, manirrotita, ¿qué te gustaría a ti?
NORA:¡Bah! ¿Me preocupo acaso de mí?
HELMER:Lo creeré, si te empeñas. Vamos, dime algo que te tiente,una cosa razonable.
NORA:Realmente... no sé. Y eso que..., oye, Torvaldo...
HELMER:Veamos.
NORA (Jugueteando con los botones de la americana de Helmer, pero sin mirarlo): Si estás decidido a regalarme algo, podrías... podrías...
HELMER: Vamos, acaba.
NORA (De un tirón): Podrías darme dinero, Torvaldo. ¡Oh!, pocacosa, aquello de que puedas disponer, con eso me compraría algo.
HELMER: Pero, Nora...
NORA: ¡Vaya que sí! Lo vas a hacer, Torvaldito. Te lo ruego.Colgaré el dinero del árbol envuelto en un papel doradomuy bonito. ¿No hará buen efecto?
HELMER: ¿Cómo se llama el pájaro que está despilfarrando siempre?
NORA: Sí, sí, el estornino, ya lo sé. Pero haz lo que te digo, Torvaldo; así tendré tiempo para pensar en algo útil. ¿No es lo más razonable,di?
HELMER (Sonriendo):Si supieras emplear el dinero que te doy y comprar
efectivamente alguna cosa, sí, pero desaparece en la casa, se evapora en mil pequeñeces, y luego tengo que volver aaflojar la bolsa.
NORA: ¡Qué cosas tienes, Torvaldo!
HELMER: Es la pura verdad, Norita mía. (Le rodea la cintura con un brazo). El estornino es muy precioso, pero necesita tanto dinero... ¡Es increíble lo que le cuesta a un hombre poseer un estornino!
NORA: ¡Anda! ¿Cómo te atreves a decir eso? Yo ahorro cuanto puedo.
HELMER: ¡Oh!, eso es indudable. Todo lo que puedes, sólo que no puedes nada.
NORA (Tarareando y sonriendo alegremente): ¡Si supieras tú cuántos gastos tenemos las alondras y ardillas!
HELMER: Eres una criatura original. Lo mismo que tu padre, quien lleno de celo y voluntad se afanaba para ganar dinero, y a ti, como a él, tan pronto como lo tienes, se te escurre de las manos y no sabes nunca a dónde va a parar. En fin, hay quetomarte como eres. Sí, sí, Nora, esas cosas son hereditarias, indudablemente.
NORA: Bien quisiera haber heredado muchas cualidades de papá.
HELMER: Yo te quiero como eres, querida alondra. (Pausa). Pero oye; teencuentro hoy no sé cómo... Tienes una cara así.... un poco sospechosa.
NORA: ¿Yo?
HELMER: Sí, tú. Mírame bien a los ojos. (Nora mira a Helmer). ¿Habrá hecho
esta locuela alguna escapatoria a la ciudad?
NORA:No. ¿Por qué dices eso?
HELMER:¿De veras no has metido la nariz de golosa en la confitería?
NORA: No, te lo aseguro, Torvaldo.
HELMER: ¿No has olido siquiera los dulces?
NORA: Ni pensarlo.
HELMER: ¿No has probado dos o tres almendras?
NORA:¡Que no! Torvaldo, te digo que no.
HELMER: Bien, mujer, bien; te lo digo en broma.
NORA (Acercándose a la mesa de la derecha): Ni en sueños podría ocurrírseme hacer nada que te desagrade. Puedes estar bien seguro.
HELMER: No, si lo sé. ¿No me lo has prometido?... (Aproximándose a Nora).
Vamos, guárdate tus misterios de Navidad, que nosotros ya los sabremos esta noche, cuando se descubra el árbol.
NORA: ¿Has pensado en invitar a comer al doctor Rank?
HELMER:No, ni hace falta, puesto que ya lo sabe. Sin embargo, lo invitarécuando venga. He encargado buen vino, Nora; no puedes túfigurarte la alegría y los deseos que tengo de que llegue la noche.
NORA: Lo mismo que me pasa a mí. ¡Y qué alegría la que van a tener los
niños, Torvaldo!
HELMER: ¡Ah! Es una delicia pensar que se ha llegado a una situación estable, asegurada, y se dispone con holgura de cuanto se necesita. ¿No es
una dicha inmensa pensarlo?
NORA: ¡Oh! Es maravilloso. Parece un sueño.
HELMER: ¿Te acuerdas de la última Navidad? Tres semanas antes, te encerrabas todas las noches hasta más allá de las doce, a hacer flores para el árbol de Navidad y a prepararnos otras mil sorpresas... ¡Uf! Es la época más aburrida de que me acuerdo.
NORA: Pues yo no me aburría.
HELMER (Sonriendo): Sin embargo, el resultado fue bastante deplorable, Nora.
NORA: ¡Bueno! ¿Todavía vas a hacerme rabiar con eso? ¿Tengo yo la culpa de que entrara el gato y lo hiciese trizas todo?
HELMER: ¡Claro que no, Norita! ¿Cómo habías tú de tener la culpa? Tú tenías los mejores deseos de que nos divirtiéramos todos, y eso es lo importante. Pero bueno es que hayan pasado aquellos malos tiempos.
NORA: Es verdad; todavía no estoy bien convencida; ¡parece un sueño!
HELMER: Ahora ya no me aburriré encerrado a solas, ni tú tendrás que atormentar tus hermosos ojos y tus lindas manitas.
NORA (Batiendo palmas): No, ¿verdad que no, Torvaldo? ¡Qué gusto, Dios mío! (Toma del brazo a Helmer). Ahora voy a decirte cómo he pensado que nos arreglemos, después que pasen las Navidades... (Se oye llamar). Llaman.(Ordena la habitación). Vendrá alguien. ¡Qué fastidio!
HELMER (Disponiéndose para entrar al despacho): Si es una visita, acuérdate de que no estoy para nadie.


Fragmento de Casa de Muñecas, de Henri Ibsen, Pehuén Editores, 2001.




Ana alejandre
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Anecdotario de Henrik Ibsen


A continuación, se exponen seis anécdotas de Henrik Ibsen, algunas de ellas con tono desenfadado y, otras, con cierto toque de escepticismo que ilustran el talante de este dramaturgo excepcional que supo transformar al teatro de su época a través de una crítica feroz sobre las costumbres de la sociedad burguesa del siglo XIX y que ha ejercido una notable influencia sobre los autores teatrales del XX


Anecdotario de Henrik Ibsen


Herik Ibsen tenía fama de no ser muy aficionado a la vida social ni a los compromisos que la misma conlleva. Por ese motivo, cuando se veía obligado a asistir a alguna recepción o velada social, procuraba mantenerse al margen de lo que allí sucediera, por lo que permanecía sentado en un rincón, absorto en sus propios pensamientos, sin dar pie a tener que verse involucrado en las conversaciones que allí se mantuvieran. Sin embargo, en una ocasión de esas, una señora, asistente a la reunión se dirigió hacia él con deseos de entablar conversación con tal insigne dramaturgo y le preguntó, a modo de introducción del coloquio que esperaba inciar con Ibsen:
- He leído su Peer Gynt, pero debo confesarle que no he sido capaz de comprender todo el sentido de ese personaje. ¿Sería usted tan amable de explicármelo?
-Lo siento, pero no puedo -respondió el dramaturgo, secamente.
-¿Pero es que usted no conoce el significado de uno de sus personajes? -respondió la señora asombrada.
-Señora, cuando escribí Peer Gynt sólo Dios y yo conocíamos el significado de dicho personaje. Yo lo he olvidado completamente. Tendrá que pregúntelselo a Dios



Le preguntaron en cierta ocasión a Henril Ibsen qué pensaba de los experimentos científicos llevados a cabo a costa de la vida y el sufrimiento de los animales. Ibsen se lo pensó un momento y dijo:
Me parece bien que la ciencia avance; pero es inexcusable para los científicos torturar animales. Deberían hacer sus experimentos con periodistas y políticos.

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Un amigo le preguntó a Henrik Ibsen el motivo de por qué había colocado una fotografía de su rival sueco, August Sttrindberg, en la pared de detrás de su mesa de trabajo, a lo que Ibsen respondió:
-Es mi enemigo mortal y se quedará ahí, mirándome mientras escribo.



Herik Ibsen tenía sobre la mesa una colección muy completa de figuras de animales de bronce, Un amigo que le visitaba se los alabó.:
-¡Bonita colección!
-La necesito -respondió Ibsen.
-¿Para qué?
-No sé trabajar si no veo a mis personajes. Esos tres son los protagonistas de lo que estoy escribiendo ahora -Ibsen señaló un avestruz, un cerdo y una hiena que estaban separados del resto.
-¿ Un cerdo, una hiena y un avestruz,? -le preguntó, sorprendido, el amigo.
-Sí, dos hombres y una mujer. El cerdo y la hiena son los dos hombres; el avestruz es la mujer. ¿No ve el drama? Piense en conocidos suyos: un hombre que sea un cerdo, otro que sea una hiena y una mujer que sea el avestruz.Júntelos en determinadas circunstancias y surgirá el drama.



En otra ocasión Ibsen iba caminando por la alle y vió a una multitud de personas agrupadas, mirando a un determinado cartel. Como se había olvidado las gafas en casa y no podía leer sin ellas, le preguntó a uno de los que estaban al lado:
-¿Qué dice el cartel?.
-Pues no lo sé -respondió el aludido-. Yo tampoco sé leer.



Henrik Ibsen trabajó en su juventud como dependiente de una farmacia, Un campesino que lo conoció en esa época relató la anécdota acaecida cuando el campesino en cuestión acudió a la farmacia donde trabajaba el dramaturgo para que le dispensaran dos recetas, una para su esposa y otra para una vaca de su propiedad. .Ibsen, parece ser que, al entregarles los medicamentos recetados, le adivirtió al campesino, no se sabe si en serio o en broma:
-No se confunda: esta medicación es para su esposa y ésta es para la vaca. Si se equivocara podría ser perjudicial... para la vaca.
Dicho esto, le entregó las medicinas y siguió con su tarea tranquilamente

Ana Alejandre

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Bibliografía



Bibliografía sobre Henrik Ibsen



Los libros más abajo reseñados son los consultados y muy recomendables para quienes deseen ampliar datos sobre Henrik Ibsen y su obra., teniendo en cuenta que están relacionados por orden cronológico de su publicación, a excepción del de lengua inglesa.


El mundo moderno, de Malcolm Bradbury, Editorial Edhasa, Barcelona:, 1990. Estupendo estudio sobre Ibsen, completo, actual y riguroso, además de ameno.

Extraterritorial. de George Steiner, Editorial Lumen, 1973., Barcelona: Análisis original en su planteamiento y excelente estudio sobre la influencia de Ibsen en las nuevas corrientes teatrales del siglo XX.

El teatro de Ibsen a Brecht, de William Raymond. Ed- .Santiago Rueda, Buenos Aires, 1968. éste es un estudio completo sobre el teatro, pero que dedica un apartado especial a Ibsen y su obra. Excelente y recomendable para los aficionados al teatro.

Ibsen.Wilson Knight, G, Meuthen, 1962, Londres: Este es el libro fundamental sobre la obra de Ibsen, según la crítica. (en inglés).


Ibsen, de A Michael Meyer, . Biography. Londres: Oxford University Press, 1967. Ésta se considera a biografía más completa. (en inglés)..



Otras obras generales con referencias a Ibsen:


Anecdotario Universal de cabecera, de Gregorio Doval, Ediciones del Prado, Madrid, 2003.

Diccionario General de citas, de Gregorio doval, Ediciones del Prado, Madrid, 1994.


Ana Alejandre.
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Citas de Henrik Ibsen



Citas de Henrik Ibsen



Si lo dieses todo menos la vida, has de saber que no habrías dado nada.

¿No créis que nos vemos obligados a enseñar una gran cantidad de cosas en la cuales ni nosotros mismos creemos?

Nuestra sociedad es masculina, y hasta que no entre en ella la mujer no será humana.

Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad.

La belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma


Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida.

Lo trascendental es la revolución del espíritu humano.

Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra.

Vivir es luchar contra los demonios del corazón y del cerebro. Escribir es pronunciar sobre sí el juicio final.

Donde no hay fuerza no hay misión. Si no puedes ser lo que eres, sé lo que puedas con seriedad.

¡Yo soy mi propia sombra...!

Grande o pequeño, todo hombre es poeta si sabe ver el ideal, más allá de sus actos.

No se graban tanto mil palabras como un solo hecho.

¿Qué es la belleza? Una convención, una moneda que tiene curso en un tiempo y en un lugar.

La belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma.

La mayoría nunca tiene razón.

No se graban tanto mil palabras como un solo hecho.

Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano

El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo.



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Traductor

DEAN KOONTZ, EL ESCRITOR QUE PREDIJO EL COVID_19

Dean Koontz D ean R. Koontz El escritor que predijo en su novela “Los ojos de la oscuridad”, la pandemia del coronavirus “alrededor de 202...