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04 marzo, 2017

JEAN PAUL SARTRE


AnaAlejandre                                                                                                                
Jean Paul Sartre

Jean Paul Sartre, nació en París, el 21 de junio de 1905. cursó estudiós en la Escuela Normal Superior de su ciudad natal, después en la Universidad de Friburgo (Suiza) y en el Instituto Francés de Berlín (Alemania).  Más tarde, fue profesor de Filosofía en varios liceos desde 1929 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial, que fue cuando se incorporó al Ejército.

Hecho prisionero por los alemanes, desde 1940 hasta 1941, año en el que fue puesto en libertad. Más adelante, dio clases en Neuilly (Francia) y, posteriormente, en París, en donde colaboró con la Resistencia francesa. Las autoridades alemanas, que ignoraban sus actividades clandestinas, admitieron la puesta en escena de su obra de teatro antiautoritaria Las moscas (1943) y, más tarde, también permitieron la publicación del más famoso título de su trabajo filosófico El ser y la nada (1943).

En1945 decidió abandonar su actividad docente y fundó, entre otros, con Simone de Beauvoir, escritora e intelectual de gran resonancia con la que mantuvo una larga relación que duró varias décadas -y que es el eje central de la biografía más abajo comentada-, Les Temps Modernes, revista política y literaria de la que fue editor jefe. Su fama de socialista independiente a partir de 1947 le vino por su crítica tanto contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como contra Estados Unidos, durante los años de la Guerra fría.

En casi todos sus escritos de la década de 1950  aparecen reflejadas cuestiones políticas, con especial hincapié en sus denuncias de la actitud represora y violenta del Ejército francés en Argelia.  Por ese motivo, y a pesar de ser llamado reiteradamente a la actividad política de tendencias marxistas, Sartre nunca se afilió al Partido Comunista Francés, y pudo así conservar su independencia de juicio para criticar apasionada y reiteradamente las intervenciones militares soviéticas en Hungría (1956) y en Checoslovaquia (1968).

En 1964, rechazó el Premio Nobel de Literatura que le fue concedido, y adujo para tal negativa que su aceptación comprometería su libertad e independencia como escritor.

El 15 de abril de 1980, falleció en París este personaje influyente en las corrientes intelectuales y literarias de su época y cuya resonancia llega y perdura hasta el presente.



bibliografía de Jean Paul Sartre

Jean Paul Sartre
Novelas y relatos

La náusea (La nausée, 1938)
El muro (Le mur, 1939)
El muro (Le mur)
La cámara (La chambre)
Eróstrato (Érostrate)
Intimidad (Intimité)
La infancia de un jefe (L'enfance d'un chef)
Los caminos de la libertad (Les chemins de la liberté, 1945–1949):
I: La edad de la razón (L'âge de raison, 1945)
II: El aplazamiento (Le sursis)
III: La muerte en el alma (La mort dans l'âme, 1949)
La suerte está echada (Les jeux sont faits) (1947)

Obras teatrales

Barioná, el hijo del trueno (Bariona, ou le fils du tonnerre , 1940)
Las moscas (Les mouches, 1943)
A puerta cerrada (Huis clos, 1944)
Muertos sin sepultura (Morts sans sépulture, 1946)
La puta respetuosa (La putain respectueuse, 1946)
Las manos sucias (Les mains sales, 1948)
El diablo y Dios (Le diable et le bon Dieu, 1951)
Kean (1954)
Nekrasov (1955)
Los secuestrados de Altona (Le Sequestres d'Altona, 1959)
Les Troyennes (1965)

Ensayos

Situaciones (Situations, 1947–1976):
Situaciones I: El hombre y las cosas (1947)
Situaciones II: ¿Qué es la literatura? (Qu'est-ce que la littérature?, 1948)
Situaciones III: La República del silencio: estudios políticos y literarios (1949)
Situaciones IV: Literatura y arte (1964)
Situaciones V: Colonialismo y neocolonialismo (Colonialisme et néo-colonialisme, 1964)
Situaciones VI: Problemas del marxismo 1 (Problèmes du marxisme I, 1964)
Situaciones VII: Problemas del marxismo 2 (Problèmes du marxisme II, 1965)
Situaciones VIII: Alrededor del 68 (Autour de 68, 1972)
Situaciones IX: El escritor y su lenguaje y otros textos (1972)
Situaciones X: Autorretrato a los setenta años (1976)

Obras filosóficas

La imaginación (1936)
La transcendencia del ego (1936)
Bosquejo de una teoría de las emociones (1939)
Lo imaginario. Psicología fenomenológica de la imaginación (L'imaginaire. Psychologie phénoménologique de l'imagination, 1940)
El ser y la nada (L´être et le néant, 1943)
El existencialismo es un humanismo (1945 y 1949)
Crítica de la razón dialéctica (Critique de la raison dialectique, 1960)

Crítica literaria

Baudelaire (1947)
San Genet: comediante y mártir (Saint Genet comédien et martyr, un estudio sobre Jean Genet) (1952)
El idiota de la familia (L'idiot de la famille, un estudio sobre Flaubert) (1972)

Otras obras

Reflexiones sobre la cuestión judía (1946)
El engranaje (L'Engrenage, 1948)
Las palabras (Les mots, 1964, autobiografía de su infancia)

Publicaciones póstumas

Cuadernos por una moral (Cahiers pour une morale, 1983)
Carnets de la drôle de guerre (1983)
Verdad y existencia (Vérité et existence, 1989), Paidós I.C.E. / U.A.B., Barcelona, 1996. Trad. de Alicia Puleo. Revisión de la traducción, notaAmorós.




Fragmentos de obras de Jean Paul Sartre

La náusea, (fragmento)
Jean Pul Sartre
de Jean Paul Sartre

Me levanto sobresaltado; si por lo menos pudiera dejar de pensar, ya sería mejor. Los pensamientos son lo más insulso que hay. Más insulso aún que la carne. Son una cosa que se estira interminablemente, y dejan un gusto raro. Y además, dentro de los pensamientos están las palabras, las palabras inconclusas, las frases esbozadas que retornan sin interrupción: "Tengo que termi...yo ex...Muerto...M. de Roll...ha muerto...No soy...Yo ex..." Sigue, sigue, y no termina nunca. Es peor que lo otro, porque me siento responsable y cómplice. Por ejemplo, yo alimento esta especie de rumia dolorosa: existo. Yo. El cuerpo, una vez que ha empezado, vive solo. Pero soy yo quien continúa, quien desenvuelve el pensamiento. Existo. Pienso que existo. ¡Oh, que larga serpentina es esa sensación de existir! Y la desenvuelvo muy despacito...¡Si pudiera dejar de pensar! Intento, lo consigo: me parece que la cabeza se me llena de humo...y vuelve a empezar: "Humo...no pensar...no quiero pensar. No tengo que pensar que no quiero pensar. Porque es un pensamiento". ¿Entonces no se acabará nunca?
Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso...y no puedo dejar de pensar. En este mismo momento - es atroz - si existo es porque me horroriza existir. Yo, yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de hundirme en la existencia. Los pensamientos nacen a mis espaldas, como un vértigo, los siento nacer detrás de mi cabeza..., si cedo se situarán aquí delante, entre mis ojos, y sigo cediendo, y el pensamiento crece, crece, y ahora, inmenso, me llena por entrero y renueva mi existencia.

El ser y la Nada
“El Ser Humano y la Libertad”  (Fragmento).-

El estudio de la voluntad ha de permitirnos, al contrario, adelantarnos más en la comprensión de la libertad. La voluntad es necesariamente negatividad y potencia de nihilización, si ha de ser libertad. lejos de ser la voluntad la manifestación única o, por lo menos, privilegiada de la libertad, supone, al contrario, como todo acaecimiento del para-sí, el fundamento de una libertad originaria para poder constituirse como voluntad. La voluntad, en efecto, se pone como decisión reflexiva con relación a ciertos fines. Pero estos fines no son creados por ella. La voluntad es más bien una manera de ser con respecto a ella: decreta que la prosecución de esos fines será reflexiva y deliberada. La pasión puede poner los mismos fines.  La realidad humana no puede recibir sus fines, como hemos visto, ni de afuera ni de una pretendida “naturaleza” interior. Ella los elige, y, por esta elección misma, les confiere una existencia trascendente como límite externo de sus proyectos. Desde este punto de vista – y si se comprende claramente que la existencia del Dasein precede y condiciona su esencia-, la realidad humana, en y por su propio surgimiento, decide definir su ser propio por sus fines. Así, pues, la posición de mis fines últimos caracteriza a mi ser y se identifica con el originario brotar de la libertad que es mía. Y ese brotar es una existencia: nada tiene de esencia o de propiedad de un ser que fuera engendrado conjuntamente con una idea. Así, la libertad, siendo asimilable a mi existencia, es fundamento de los fines que intentaré alcanzar, sea por la voluntad, sea por esfuerzos pasionales. La libertad no es sino la existencia de nuestra voluntad o de nuestras pasiones, en cuanto esta existencia es nihilización de la facticidad, es decir, la existencia de un ser que es su ser en el modo de tener de serlo.  (Sartre, El Ser y la Nada, Parte IV. Cap. I).-

Que es la literatura (fragmento)
de Jean Paul Sartre

" El poeta en cada palabra, por el solo efecto de la actitud poética, realiza las metáforas en las que soñaba Picasso cuando deseaba hacer una caja de fósforos que fuera toda ella un murciélago sin dejar de ser una caja de fósforos. Florencia es ciudad, flor y mujer y es también ciudad-flor, ciudad-mujer y muchacha-flor. Y el extraño objeto que se muestra así posee la liquidez del río y el dulce ardor leonado del oro, y, para terminar, se abandona con decencia, y prolonga indefinidamente, por medio del debilitamiento continuo la e muda, su sereno regocijo saturado de reservas. A esto ha de añadirse el esfuerzo insidioso de la biografía. Para mí, Florencia es también cierta mujer, una actriz norteamericana que actuaba en las películas mudas de mi infancia y de la que he olvidado todo, salvo que era larga como un guante de baile, que siempre estaba un poco cansada y era casta, que siempre representaba papeles de esposa incomprendida y que se llamaba Florencia y yo la amaba. Porque la palabra, que arranca al prosista de sí mismo y lo lanza al mundo, devuelve al poeta, como un espejo, su propia imagen. Esto es lo que justifica la doble empresa de Leiris, quien por un lado, en su Glossaire, trata de dar a ciertas palabras una definición poética, es decir, que sea por sí misma una síntesis de implicaciones recíprocas entre el cuerpo sonoro y el alma verbal y, por otro, en una obra todavía inédita, se lanza a la busca del tiempo perdido, tomando como guías ciertas palabras especialmente cargadas para él de valor afectivo. Así, pues, la palabra poética es un microcosmos. La crisis del lenguaje que se produjo a comienzos del siglo fuen una crisis poética. Sean cuales fueren los factores sociales e históricos que la produjeron, esta crisis se manifestó por accesos de despersonalización del escritor ante las palabras. No sabía servirse de ellas y, según la célebre fórmula de Bergson, sólo las reconocía a medias; se acercaba a ellas con una sensación de extrañeza verdaderamente fructuosa: ya no le pertenecían, ya no eran para él, pero, en esos espejos desconocidos, se reflejaban el cielo, la tierra y la propia vida. Y, finalmente, se convertían en las cosas mismas o, mejor dicho, en el corazón negro de las cosas.



Sartre y Beauvoir. La historia de una pareja

Sartre y Beauvoir. La historia de una pareja                                      Hazel Rowley
Traducción de Montse Roca.
Lumen. Barcelona, 2006. 584 páginas, 24 euros                                 


Es, una de las muchas y variadas biografías que existen sobre estos controvertidos personajes, y ha sido aprobada por la hija adoptiva de Simone de Beauvoir y, sin embargo,  rechazada por la heredera de Paul Sartre. Muestra, una vez más, los muchos aspectos contradictorios y polémicos de la vida de esta célebre pareja de escritores y los muchos entresijos de sus propias vidas personales que levantan polémica entre sus allegados.

La autora de esta nueva biografía, autorizada y desautorizada por las herederas de uno y otra, realiza una semblanza de Sartre y Simone de Beauvoir, buscando la simplificación en la forma y el dato conciso, claro y escueto, aportado por sus propios protagonistas. Con gran abundancia de datos y entrecomillados  en sus más de 500 páginas, nos permite  penetrar en las zonas más oscuras y desconocidas de unas vidas atrapadas en  el laberinto de sus relaciones amorosas,  pero sin obviar  la apasionada y controvertida  participación de ambos en la vida cultural y en los acontecimientos de su época, además de  que fueron autores de algunos de los libros más importantes del siglo XX.  Quizás, esta obra adolece de un análisis  más profundo y complejo de la personalidad humana, intelectual y literaria de esta pareja de escritores franceses, una de las más famosas de todos los tiempos.

En la magnífica y compleja biografía de Sartre, de Annie Cohen-Solal (Edhasa), la autora declaraba la dificultad de “tocar a Sartre” porque el campo de información sartriana es “denso y movible”, al tiempo que la obra del filósofo escapa a un enfoque global por lo que Cohen-Solal reconocía que acercarse a Sartre (y por tanto a Beauvoir), suponía tocar la historia del cine, la literatura, la estética, las luchas políticas, el teatro la prensa y el feminismo.

Rowley,  o se adentra en las personalidades complejas de sus protagonistas, en contra de lo que hizo Annie Chen-Solal,  en la extraordinaria y profunda biografía del binomio Sartre-Beauvoir, publicada por Edhasa, cuando declaraba la dificultad intrínseca de estudiar en toda su plenitud la figura y obra de Sartre,  porque es ésta “abundante, proteiforme, inconclusa y abierta”, ya que si se estudia su bagaje intelectual y su influencia en la vida cultural de su época, habría que estudiar la historia del cine, la literatura, la estética,  el teatro, las luchas políticas y sociales de su tiempo y el movimiento feminista del que fue una abanderada Simone de Beauvoir. Sin embargo, Rowley  realiza una visión con perspectiva distinta, ya que realiza una exposición del prolijo y variado anecdotario privado de esta pareja singular,  y reemplaza el análisis profundo y comprensivo de sus vidas y obras,  a través de sus múltiples, apasionados y, muchas veces, tormentosos romances, amores y aventuras, aunque la biógrafa haga este recorrido con seriedad, rigor y objetividad, sin realizar ningún juicio de valor sobre los datos expuestos, dejando esa posibilidad a los lectores de juzgar a los protagonistas de la historia vital y artística más apasionante del siglo XX.

Por  sus paginas , deambulan una serie de personajes y nombres, todos ellos relacionados sentimental o familiarmente con Sartre o Beauvoir o con ambos, al mismo tiempo, como es el caso de Arlette Ekaïm, primero amante de Sartre y después se convirtió en su hija adoptiva, o  Sylvie Le Bon, la hija adoptiva de Beauvoir, y que también fue primero su amante y, después, adoptada por la escritora, ambas amantes de Sartre y también de Beauvoir, de forma simultánea o sucesiva, entre otros muchos nombres que no se pueden relacionar por su extensión y variedad.

Por ello,  Hazel Rowley pone todo su acento sobre los muchos y complejos nudos de relaciones amorosas y familiares, aunque se trate de una familia rara con toques incestuosos, y en el asombroso desfile de datos sobre la escandalosa vida sexual de sus protagonistas, datos que revelan que eran infieles, mentirosos, promiscuos y contradictorios en su vida íntima, la que queda expuesta ante la mirada de todos en  su desnuda crudeza, y a la que define la propia frase escrita por Beauvoir que resume y explica su propia actitud ante el mundo:”Nada nos limitaba, nada nos definía, nada nos esclavizaba”. 

La obra de referencia no dejará indiferente a los lectores porque en ella se expone, como en un rico caleidoscopio, la visión de unas vidas apasionadas que se manifiestan  mostrando la parte oscura, lúbrica y secreta,  de dos destinos unidos en una misma pasión por aunar el arte, la vida y la búsqueda del placer en una simbiosis total en la que se borran los límites y se traspasan todas las fronteras.

06 septiembre, 2011

ALBERT CAMUS


Nota introductoria:

por Ana Alejandre

En 2010 se cumplió el primer cincuentenario del fallecimiento de Albert Camus, en un accidente automovilístico, que tuvo lugar el 14 de enero de 1960. Esta muerte significó no sólo la pérdida de un intelectual de su talla, sino también la desaparición de un referente obligado  de rebeldía, de inconformismo, de hombre comprometido en la lucha por las libertades de los ciudadanos y contrario al sistema, lo que le supuso el rechazo de muchos y el ser blanco de críticas atroces, de descalificaciones injustas y de la incomprensión que recibió sin tregua de muchos de los intelectuales de su época, empezando por el propio Sartre, pero eso no empañó en él su sinceridad, su firmes convicciones y la honestidad a ultranza que mantuvo hasta el día de su muerte. Fue lúcidamente congruente con sus propias ideas  hasta el final de su vida.
Forma parte de una larga lista de escritores a los que considero imprescindibles, auténticos y de una talla literaria tan preclara que hace que entre sus obras se encuentren títulos que forman parte de la lista de obras maestras de la literatura universal, como pueden ser El extranjero y La peste, entre otras.


Biografía
                                                                                                 



Camus nació en Mondovi (actualmente Drean, Argelia), el 7 de noviembre de 1913., en el seno de una familia de colonos franceses (a los que, se conocía, en Francia  con el término despectivo de “pieds-noirs”). Su padre era de origen alsaciano (los que huyeron de dicha región durante la ocupación alemana tras la guerra franco-prusiana): y fue  llamado a filas durante la primera guerra mundial, por lo que resultó herido gravemente en combate durante la batalla del Marne y  murió en un hospital el 17 de octubre de 1914. Su madre era una mujer analfabeta, casi muda, y, de orígenes españoles, menorquinos,  aunque nació en Argelia
Al fallecer su padre, la familia quedó prácticamente en la ruina, lo que la obligó a trasladarse a vivir a un barrio mísero de Argel. Empieza a cursar estudios gracias a las becas y la ayuda de algunos de sus profesores que se dan cuenta de su talento y la rapidez de su progreso.. Por esta ayuda recibida, Camus dedicó su Premio Nobel a su maestro de primeria y tuvo siempre frases de elogio y agradecimiento a quienes fueron sus introductores en la lengua francesa y en la cultura europea.
            Cursó estudios en la Universidad de Argel, de la licenciatura en Filosofía y Letras que no llegó a acabar porque se lo impidió la tuberculosis que empezó a padecer. Empezó a escribir a escribir muy joven, por lo que a los 19 años comenzó a publicar en la Revista “Sud”.
Fundó una compañía de teatro llamada “El teatro del trabajo” formada por aficionados y dedicada a la representación de obras de los autores clásicos que iban dedicadas a las clases trabajadoras. Por entonces, comenzó su militancia en el Partido Comunista -una sección del Partido Comunista Francés, del que se apartó en 1939, tras el pacto germano-soviético que le supuso una ruptura con sus antiguos camaradas. Colaboraba frecuentemente con el diario de frente popular. Fue allí donde publicó “La miseria de Kabilia”, fruto de un trabajo suyo de investigación, que obtuvo una gran resonancia, por lo que fue cerrada dicha publicación y El Gobierno  le obstaculizó cualquier intento de encontrar trabajo en Argel.
Además comenzó a trabajar como periodista y realizó muchos viajes por Europa. Publicó su primera obra, Nupcias, en 1939, que era  un conjunto de artículos que  contenían reflexiones inspiradas por sus lecturas y viajes.
Se traslada a París y comenzó a trabajar como redactor en el periódico París-Soir. En 1943, comienza a trabajar en la editorial Gallimard. Fue director de Combat, una publicación clandestina desde 1945 a 1947.
Al estallar la II Guerra Mundial participó activamente en la Resistencia francesa contra la ocupación alemana, y fue entonces cuando publicó la que se considera su gran novela El extranjero, en 1942., considerada como la obra más importante del “existencialismo” y de la literatura del absurdo, aunque en ella se nota la enorme influencia que tuvo en Camus la obra de Nietzsche, más profunda aún en este escritor  que el propio existencialismo. Su protagonista, Meursalt, que representa al arquetipo del antihéroe, es la imagen de un nihilista, quien asiste completamente indiferente al entierro de su madre, hecho que no despierta en él ningún sentimiento de dolor. Poco después,  mata a un árabe sin ningún motivo y por este asesinato es condenado a muerte en absurdo juicio. Este personaje representa la imagen de un mundo caótico, que ha perdido todos los valores más importantes, que viven sumido en una alienación, entre la sensación angustiosa del absurdo existencial y la decepción vital, por lo que los únicos estímulos a los que responde son los físicos, no  a aquellos propios de un ser humano que aún conserva su propia identidad y su humanidad. Por ello, cuando Mersalt trata de explicar al tribunal las posibles motivaciones de su crimen, sólo puede alegar la desconcertante razón de que lo hizo porque le molestaba el sol. Camus intenta decir que su protagonista no es un ser anómalo, patológico, sino la imagen que representa a un sociedad sin valores, sin ideales, asomada al precipicio del absurdo, de la angustia existencial y del más absoluto nihilismo.
 A esta obra cumbre, le sigue El mito de Sísifo, también de 1942, en la que se advierte también la fuerte influencia del existencialismo en el autor.
Cuando finaliza la II Guerra Mundial, la obra de Camus evoluciona y deriva hacia una patente defensa de los valores humanos: la integridad, la fraternidad y la dignidad como única defensa posible ante el avance del nihilismo. Se identifica con la imagen del hombre, del ser humano real, como individuo que está insertado y forma parte de la propia Naturaleza, por lo que reniega de las abstracciones como hombre que era de un origen pueblerino; pero no por ello renuncia a las ideas anarquistas que le despiertan un especial interés y con las que se encuentra identificado.
Esta postura claramente defensora del hombre y de su propia dignidad a la que defiende contra todos los totalitarismos, le lleva a enfrentarse con los más insignes representantes de la intelectualidad francesa, representada por Sartre y Beauvoir y todos su adláteres, denunciando  el la represión soviética, el gulag, lo que todos aquellos consideran una traición al pensamiento comunista y a sus sistemas políticos. Todo esto le costó un alto precio porque a partir de 1956, cuando la revolución argelina se inició en busca de la independencia francesa, le supuso a Camus un grave conflicto de lealtades ya que se debatía entre la defensa de una Argelia libre pero francesa, lo cual era una utopía irrealizable. El defendía la idea de poder llegar a un entendimiento entre las partes, porque temía que el uso de la violencia podría traer consecuencias terribles para Argelia que la llevara a una dictadura sangrienta o la creación de otro gulag con tan terribles consecuencias como en el caso del soviético.
            Escribió también teatro con corte existencialista como fue, Calígula, en 1945, que se le considera una de las importantes de su obra teatral. La novela titulada La peste, de 1947, también muestra el interés de este autor por el absurdo existencial, pero reconoce el valor de los seres humanos ante las desgracias y catástrofes de todo tipo, como única forma de salvación personal y colectiva, no sólo ante los hechos terribles, sino ante la propia vida. En esta obra afirma que ·”cada uno lleva dentro de sí la peste”,  y reconoce que, desde que abandonó la lucha armada y se decantó por defender siempre a las víctimas se condenó a sí mismo a un “exilio definitivo”.
 Aunque en su novela La peste, de 1947, Camus todavía se interesa por el absurdo fundamental de la existencia, reconoce el valor de los seres humanos ante los desastres existenciales. Afirma en esta obra que “cada uno lleva dentro de sí la peste” y que desde el mismo momento en que se decidió a no matar y a ponerse siempre del lado de las víctimas, se condenó a un “exilio definitivo”.
            Otras obras fueron El hombre rebelde,  de1951; la obra de teatro Estado de sitio (1948); la novela La caída, 1956 y un conjunto de relatos El exilio y el reino (1957). Colecciones de sus trabajos periodísticos fueron publicadas con el título de Actuelles (3 volúmenes, 1950, 1953 y 1958) y El verano (1954). Una muerte feliz (1971), aunque  salió publicada póstumamente, es su primera novela. En 1994, publicó su hija  la novela  inclonclusa  El primer hombre que escribía cuando murió, .Sus Cuadernos, que se refieren a los años que van dese 1935 a 1951, se publicaron  después de su muerte en dos volúmenes (1962 y 1964).
Su obra está escrita con un estilo claro. vigoroso y conciso,  a través del cual expresa la filosofía del absurdo,  la sensación de vacío, desencanto y angustia existencial,  pero a su vez hace hincapié en  el reconocimiento de los valores esenciales del hombre y de su propia e inalienable dignidad y fraternidad con sus semejantes.
            Sus orígenes españoles y la simpatía que le despertaba el pueblo español,  se vieron aumentados por la larga relación sentimental que mantuvo durante muchos años con la actriz española afincada en Francia, María Casares.
 Camus, obtuvo en 1957 el Premio Nobel de Literatura y falleció murió en un accidente  automovilístico en Villeblerin (Francia) el 4 de enero de 1960.
            A pesar del largo tiempo transcurrido desde su muerte, la obra de Camus sigue siendo imprescindible para entender la literatura del siglo XX, de la que forma parte como uno de los exponentes más importantes. Cualquiera de sus obras le sonarán al lector como totalmente actuales porque en ellas hablo de lo que es congénito en el ser humano: la dignidad, la lucha contra la injusticia, los totalitarismos y la defensa de los valores como la fraternidad y la tolerancia en un mundo que se abocaba al suicidio moral, a caballo entre el nihilismo y la desesperanza.
            Un escritor que ha pasado a la Historia de la Literatura, porque fue incómodo para  algunos de sus coetáneos y el poder establecido, y un referente necesario para muchos franceses y europeos por su tenaz y valiente defensa de los valores que antes y ahora están en peligro de extinción en esta sociedad desarbolada que se acerca cada vez más al precipicio.



29 enero, 2011

JEAN PAUL SARTRE


                                                                           Jean Paul Sartre


por Ana Alejandre 

Jean Paul Sartre Nació en París, el 21 de junio de 1905. cursó estudiós en la Escuela Normal Superior de su ciudad natal, después en la Universidad de Friburgo (Suiza) y en el Instituto Francés de Berlín (Alemania).  Más tarde, fue profesor de Filosofía en varios liceos desde 1929 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial, que fue cuando se incorporó al Ejército.


Hecho prisionero por los alemanes, desde 1940 hasta 1941, año en el que fue puesto en libertad. Más adelante dio clases en Neuilly (Francia) y, posteriormente, en París, en donde colaboró con la Resistencia francesa. Las autoridades alemanas, que ignoraban sus actividades clandestinas, admitieron la puesta en escena de su obra de teatro antiautoritaria Las moscas (1943) y, más tarde, también permitieron la publicación del más famoso título de su trabajo filosófico El ser y la nada (1943).

En1945 decidió abandonar su actividad docente y fundó, entre otros, con Simone de Beauvoir, escritora e intelectual de gran resonancia con la que mantuvo una larga relación que duró varias décadas y que es el eje central de la biografía más abajo comentada-, Les Temps Modernes, revista política y literaria de la que fue editor jefe. Su fama de socialista independiente a partir de 1947 le vino por su crítica tanto contra la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como contra Estados Unidos, durante los años de la Guerra fría.

En casi todos sus escritos de la década de 1950  aparecen reflejadas cuestiones políticas, con especial hincapié en sus denuncias de la actitud represora y violenta del Ejército francés en Argelia.  Pro ese motivo, y a pesar de ser llamado reiteradamente a la actividad política de tendencias marxistas, Sartre nunca se afilió al Partido Comunista Francés, y pudo así conservar su independencia de juicio para criticar apasionada y reiteradamente las intervenciones militares soviéticas en Hungría (1956) y en Checoslovaquia (1968).

En 1964, rechazó el Premio Nobel de Literatura que le fue concedido, y adujo para tal negativa que su aceptación comprometería su libertad e independencia como escritor.

El 15 de abril de 1980, falleció en París este personaje influyente en las corrientes intelectuales y literarias de su época y cuya resonancia llega y perdura hasta el presente

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DEAN KOONTZ, EL ESCRITOR QUE PREDIJO EL COVID_19

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